Un estudio ha detectado que las mentes que más tiempo pasan consumiendo material X suelen generar menos materia gris.
La pornografía y los estudios científicos no son muy buenos amigos. La estadística dice que aproximadamente un 84% de la población masculina occidental la ha consumido en algún momento de su vida, cuando cualquier analítica de tráfico en Internet demuestra que esa cifra se queda dramáticamente corta. Pero estos estudios no paran de llegar. El más reciente uno realizado por el Instituto Max Planck para el Desarrollo Humano de Berlín, y publicado por la revista de
“Hemos encontrado un importante vínculo entre
el acto de ver pornografía varias horas a la semana y el volumen de materia
gris en el lóbulo derecho del cerebro y en la actividad de la corteza
cerebral”, aseguran los investigadores. "Estos efectos podrían incluir
cambios en la plasticidad neuronal por una intensa estimulación del centro de
placer”.
En la
mayoría de la muestra –hombres de entre 21 y 45 años– cuanta más pornografía
consumían, más se deterioraban las conexiones entre el cuerpo estriado del
cerebro y la zona encargada de la toma de decisiones, el comportamiento y la
motivación.
Para el estudio utilizaron una muestra de 64
hombres de entre 21 y 45 años que veían pornografía una nada desdeñable media
de cuatro horas semanales. Les hicieron tomografías mientras visionaban estos
vídeos y las comparaban con los resultados de cuando veían vídeos de personas
haciendo otras cosas, como por ejemplo ejercicio. Observaron que en la mayoría
de los casos, cuanta más pornografía consumía un hombre, más se deterioraban
las conexiones neuronales entre el cuerpo estriado de su cerebro y la corteza
cerebral –zona encargada de la toma de decisiones, el comportamiento y la
motivación–. Es decir, desarrollaba lo que se ha llamado Porn Brain (cerebro de
pornografía: como el pie de atleta pero con un estigma mayor).
Por Alba Fernández Docampo.
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