El
sexo de la persona, la edad, el peso, el metabolismo, los
niveles de tensión, la cantidad y tipo de alcohol ingerido, la cantidad de alimentos consumidos antes de beber alcohol y el estado del
hígado, determinaran si se demora más o menos tiempo para eliminar el alcohol
de la sangre.
El
alcohol viaja por todo el cuerpo a través de la sangre y se queda allí por un
buen tiempo,recorriendo el organismo y afectando su funcionamiento
considerablemente.
Cuando se
introduce alcohol al organismo, mediante la ingesta de una bebida alcohólica,
éste atraviesa el esófago, llega al estómago y luego al intestino delgado.
Allí, una pequeña parte es absorbida por la membrana mucosa mientras que las
paredes del intestino delgado absorben grandes cantidades de alcohol y las
transfiere al torrente sanguíneo.
El
alcohol tiene un gran solubilidad en el agua, por lo cual una vez en el
torrente sanguíneo, se transporta por todo el cuerpo y es absorbido por los
diferentes tejidos. Pero ciertas cantidades quedan en la sangre y para
determinar cuáles son esas cantidades, se realiza el llamado control o test de
alcoholemia, también conocido como BAC, sigla del inglés Blood Alcohol
Concentration (concentración de alcohol en la sangre).
El BAC se
determina mediante un porcentaje de la masa, la masa por el volumen o bien una
combinación de ambos, razón por la cual las cantidades de alcohol en la sangre
se expresan en porcentajes. De esta manera, apenas un 0,08% de alcohol ya puede
detectarse en la sangre, así como también en el aliento o en la orina de
cualquier persona que haya ingerido esta sustancia en un determinado período de
tiempo. No obstante, existen factores como el sexo y el peso de una persona, la
cantidad de alcohol que se ha consumido o el tiempo que ha transcurrido desde
la ingesta, que pueden afectar los niveles que el control de alcoholemia va a
registrar.
Básicamente,
el cuerpo elimina el alcohol de tres formas elementales: mediante la
evaporación, la excreción o la defecación y el metabolismo propio del
organismo. Cerca de un 10% del alcohol ingerido es excretado por lo riñones, mientras
que apenas un 1% se elimina mediante la evaporación, es decir, mediante la
respiración, el sudor y las lágrimas. Finalmente, el resto se elimina gracias
al metabolismo del hígado.
Un hígado
que funciona adecuadamente es capaz de metabolizar unos 10 ml. de alcohol puro
por hora. Dependiendo de la cantidad de alcohol que se ha introducido en el
organismo, se estima que en 10 horas completas, el cuerpo es capaz de recuperar
su estado normal, cuando la borrachera ya ha pasado y con sus distintos mecanismos,
el cuerpo se limpia naturalmente.
Hasta 12
horas después de haber ingerido alcohol, el test de alcoholemia puede llegar a
detectar rastros de alcohol en la sangre.
Por Andrea Vega Refojos.
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