Una nueva investigación ha revelado que las cabezas de estos reptiles estaban adornadas con una cresta carnosa similar a la de los gallos, que posiblemente usaban para cortejar a las hembras.
Un ejemplar momificado de la especie Edmontosauraus regalis encontrado en un yacimiento al oeste de la ciudad de Grande Prairie (Canadá) fue la prueba definitiva.
El equipo de paleontólogos de
El hallazgo sorprende doblemente a los científicos puesto que los tejidos blandos rara vez se fosilizan. Hasta la fecha, todas las crestas documentadas en el registro fósil de dinosaurios eran óseas.
Según los autores del estudio, esta evidencia altera radicalmente nuestra percepción de la apariencia y el comportamiento de este reptil, y plantea la posibilidad de que estemos equivocados en el aspecto de muchos dinosaurios, ya que el Tyrannosaurus Rex podría ser otro de los portadores de una seductora cresta.
Por Andrea Rodríguez Martínez.
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