¿Cómo eran tus antepasados hace milenios? ¿Pertenecían a una pequeña comunidad? ¿Eran cosmopolitas? ¿O tal vez vivían en grupos aislados? La respuesta se haya en un nuevo test genético desarrollado por científicos de la Universidad de Edimburgo (Reino Unido), según revela un estudio publicado en Public Library of Science (PLoS).
Al parecer este test es capaz de determinar la procedencia de los antepasados y las características de las comunidades en las que vivían hace decenas de miles de años. A través de esta prueba también se puede detectar si los padres de una persona o sus ancestros tenían algún tipo de vínculo familiar, por ejemplo, si procedían de una comunidad en la que el matrimonio entre primos hermanos de la misma sangre era algo normal. Este nuevo descubrimiento permitirá identificar aquellas poblaciones donde una escasa diversidad genética puede incrementar el riesgo de ciertas enfermedades genéticas, como la fibrosis quística o la distrofia muscular.
Al parecer este test es capaz de determinar la procedencia de los antepasados y las características de las comunidades en las que vivían hace decenas de miles de años. A través de esta prueba también se puede detectar si los padres de una persona o sus ancestros tenían algún tipo de vínculo familiar, por ejemplo, si procedían de una comunidad en la que el matrimonio entre primos hermanos de la misma sangre era algo normal. Este nuevo descubrimiento permitirá identificar aquellas poblaciones donde una escasa diversidad genética puede incrementar el riesgo de ciertas enfermedades genéticas, como la fibrosis quística o la distrofia muscular.
Según el doctor Jim Wilson, "lo interesante de estos resultados es que se demuestra que nuestros genes están registrando la historia de las migraciones en nuestra población". "Es como un archivo que se escribe en forma de código genético, de manera que podemos entender la manera en que nuestras poblaciones se han desarrollado desde un pasado lejano", añade.
Más diversidad en África, menos en Sudamérica
Los investigadores estudiaron el ADN de más de 1.000 personas de 51 grupos étnicos, incluidas comunidades amazónicas, europeas y de las islas del Pacífico, e identificaron a aquellos que habían heredado una copia idéntica de material genético de sus progenitores. Esta condición se llama homocigosis, e indica que el padre y la madre del individuo tienen un antepasado común.
En la resolución de las pruebas se constató que la población nativa de Sudamérica tenía el porcentaje más alto de ADN compartido, lo que sugiere que esas comunidades fueron pequeñas y vivieron en condiciones de aislamiento durante muchas generaciones. Por el contrario, las comunidades africanas presentaban el menor grado de similitud genética, lo que indica que fueron poblaciones más amplias y diversas. Los investigadores consideran que el caso de África se explica por el hecho de que los seres humanos se originaron en ese continente y de que, por lo tanto, son los que más tiempo han tenido para diversificar su carga genética.
"Uno recibe trozos de ADN que son idénticos entre la madre y el padre, y si realmente se tienen grandes trozos idénticos esto demuestra que los padres son familiares cercanos", explica Wilson, que asegura que también recibimos fragmentos más pequeños y más antiguos, "de los últimos 50.000 años, de cuando la población se expandió desde África". En definitiva, según el investigador, "en algún punto del pasado estuvimos todos relacionados y esa es la razón por la que tenemos estos trozos de ADN que son iguales, la única diferencia es lo grandes y numerosos que son esos trozos de herencia genética".
Por Andrea Rodríguez Martínez.
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